Pasear por los pasillos del Mercado de San Telmo permite respirar la vida del barrio. Allí se mezclan locales de anticuarios, tiendas de ropa vintage, librerías de usados, divertidos bares y cafés, y tradicionales verdulerías y carnicerías. Un lugar que define como ninguno la identidad porteña y cosmopolita de uno de los barrios más encantadores y característicos de Buenos Aires.
Cualquier barrio, en cualquier ciudad del mundo, tiene un lugar que define su alma. En el caso de San Telmo, ese sitio es su Mercado, que se halla en la manzana delimitada por las calles Defensa, Estados Unidos, Bolívar y Carlos Calvo. Inaugurado en 1897, con una arquitectura inspirada en los marchés parisinos del siglo XIX, el Mercado de San Telmo fue durante buena parte de su historia un típico territorio de compras de la gente común y hoy, dentro de sus paredes, se condensan muchos de los elementos de la identidad de un barrio que es porteñísimo y cosmopolita a la vez.
Pasear por los pasillos del Mercado permite respirar la vida real del barrio. Allí se mezclan señoras con bolsas multicolores que van en busca de frutas y verduras de estación con hipsters que persiguen viejos discos de vinilo. Aquellos que alucinan con las antigüedades y las tiendas de ropa vintage, con los que se juntan con amigos a tomarse un café o una cerveza en alguno de sus bares. Los hombres que hacen cola delante de las carnicerías pensando en preparar un buen asado con los turistas que simplemente pasean bajos sus magníficos techos de hierro forjado.
El mercado es una caja de sorpresas. Si uno sabe buscar, en las cajas de libros usados puede aparecer un ejemplar original de Cien Años de Soledad, la obra cumbre de García Márquez que fue publicada por primera vez en la Argentina. En las tiendas de ropa podrías encontrar gafas estilo Stevie Wonder que alguna vez pertenecieron a un abuelo cool o un par de Adidas estilo 1974 (pero ¡hechas en 1974!). Sus pasillos se pueblan de tiendas de juguetes, muñecas y antigüedades en las que la posibilidad de encontrar un objeto soñado (un reloj que se salvó del Titanic, una lámpara- araña de una familia aristocrática caída en la pobreza, un muñeco de La Guerra de las Galaxias que valdría un millón de dólares en Ebay) se multiplican por cien.
Dentro y fuera del Mercado, las opciones para los amantes del buen comer son muchas y variadas. Puertas adentro, abundan los cafés y pequeños restaurantes que se ideales para sentarse a ver pasar la vida cotidiana del lugar. Justo en el centro del Mercado está Coffee Town, una cafetería boutique llena de encanto, ideal para un descanso. Y por fuera hay sitios como El Banco Rojo , especializado en fast food multicultural, fondas históricas como Pedro Telmo y parrillas como La Vieja Rotisería en las que uno puede sentarse y agradecer a los dioses por estar en San Telmo frente a un magnífico bife de chorizo.
Walking around the corridors of Mercado de San Telmo, you can feel and breathe the life of the neighbourhood. There are antiques shops, vintage clothes shops, secondhand book stores, fun bars and cafés as well as the traditional greengrocers’ and butchers’. It is the place that best defines the porteño and cosmopolitan identity of one of the most charming and distinctive neighbourhoods in Buenos Aires.
All around the world, neighbourhoods have a place that defines their essence. San Telmo has this market which is located on the block surrounded by the streets Defensa, Estados Unidos, Bolivar and Carlos Calvo. The architecture of the marketwas influenced by the Parisian marchés from the 19th century. The Mercado de San Telmo was for many years the place where people at large went to do the everyday shopping. Along its corridors you can find ladies shopping for vegetables and fruits with colourful shopping bags; hipsters looking for old vinyl records; antiques shops lovers; fans of vintage clothes; friends meeting for a beer or a coffee; or just ordinary people queuing at a butchers’ dreaming about the coming asado.
The market is a box full of surprises. If you know how to look for things you might find an original copy of One Hundred Years of Solitude, Garcia Marquez ́s masterpiece inside some of the boxes of second hand books. You may find a pair of glasses Stevie Wonder style which may have once belonged to some cool grandpa The corridors along the market are full of toys, dolls and antiques shops where you might come across a dream object such as a clock, which survived the Titanic; a chandelier which belonged to some aristocratic family; or a Star-Wars figure worth a million dollars on Ebay nowadays.
For those who love eating, you may find various options in an out of the market. Inside the market, there are plenty of cafés and petit restaurants which are ideal to sit and watch the everyday life of the place. Coffee Town, a delightful boutique coffee shop, is right in the middle of the market. Outside the market, there are places such as El Banco Rojo, which specializes in multicultural fast food; historical taverns such as Pedro Telmo; and grills such as La Vieja Rotiseria, where you can sit and thank the gods for being in San Telmo enjoying a fantastic rib eye steak.