La Plaza Dorrego

Epicentro de la vida de San Telmo, la Plaza Dorrego es un hito imperdible del Casco Histórico de Buenos Aires. En sus alrededores se encuentran las mejores tiendas de antigüedades de la ciudad, sus noches suenan a tango y rock, y sus calles empedradas han sido testigo de buena parte de la historia de la ciudad.

La historia de la Plaza Dorrego es la historia del viejo Buenos Aires. Durante el siglo XVII y parte del XVIII, fue un apostadero de carretas, frecuentado por gauchos y personajes de relación dudosa con la ley que preferían mantenerse a una distancia prudencial del centro de la ciudad, que se hallaba en la zona que actualmente ocupa la Plaza de Mayo  y sus alrededores. Eran tiempos en los que –como se evoca en los poemas arrabaleros de Borges- el único perfume era el de la carne asada y los debates se saldaban con duelos de cuchillos.

En el siglo siguiente, con el crecimiento de la ciudad hacia el sur y la finalización de la construcción de la bellísima Iglesia de Nuestra Señora de Belén (situada a pocos pasos, sobre la calle Humberto Primo), el viejo apostadero de carretas fue abandonando su carácter marginal y fue rebautizado como Alto de San Pedro (por San Pedro Telmo) y luego Plaza del Comercio, hasta que en 1900 recibió el nombre de Plaza Coronel Manuel Dorrego. O, simplemente, Plaza Dorrego.

A lo largo de todo el siglo XX, la plaza se convirtió en el escenario de la vida bohemia de un barrio que atrajo como un imán a músicos, artistas, lúmpenes y hedonistas de todas las latitudes de la Argentina y también del mundo. En sus alrededores se instalaron ateliers de grandes artistas, talleres de orfebres de prestigio global como Juan Carlos Pallarols y sitios llenos de encanto como los bares Todo Mundo y Plaza Dorrego -por donde pasaron visitantes ilustres como Robert De Niro, Eric Clapton y el muy tanguero Robert Duvall- en cuyas mesas se produjo el legendario encuentro entre Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, dos de los más grandes exponentes de la literatura argentina.


Cada domingo, la plaza se convierte en un magnífico y bullicioso zoco, donde toma cuerpo una de las ferias de antigüedades más famosas del mundo. San Telmo es el gran barrio de los anticuarios (los hay muchos y excelentes, especializados en mobiliarios y objetos que van desde los tiempos de la Colonia española hasta joyas del diseño del siglo XX), y los domingos ese carácter aflora en todo su esplendor. De la mañana a la tarde, los alrededores de la Plaza Dorrego se ven revolucionados por la presencia de artistas y orquestas callejeras. Y, al caer el sol, mientras los puestos comienzan a desarmar sus esqueletos, en un rincón de la plaza se encienden las lucecitas de colores de la Milonga del Indio, donde las parejas abrazadas, deslizándose al ritmo del tango, producen una de las postales más maravillosas de San Telmo.

As the centre of San Telmo’s day and night life, Plaza Dorrego is a must- visit landmark of Buenos Aires’ Casco Histórico. The best antiques shops of the city are found all around it, its evenings andnights sound like tango and rock and its cobblestoned streets have witnessed a great share of the city’s history.

The history of Plaza Dorrego is the history of old Buenos Aires. During the 17th and 18th centuries, it was used as a parking for horse-drawn carts, frequented by gauchos and other characters whose dubious relationship with law made them keep away from the city centre, located around the current Plaza de Mayo area. During those times, -as Borges recalls in his suburban poems – grilled beef scented the streets, and arguments were settled with knife fights.

During the following century, as the city expanded southwards and the construction of the splendorous Iglesia de Nuestra Señora de Belén was finished, the old parking of horse- drawn carts started losing its marginal status and was renamed Alto de San Pedro and then Plaza del Comercio until it got its current name Plaza Coronel Manuel Dorrego in 1900.

Throughout the 20th century, this square became the stage for the bohemian style of a neighbourhood that has attracted musicians, artists, lumpens and hedonists from all over Argentina and the world. Around it settled great artists, global renowned metal smiths like Juan Carlos Pallarols, and charm- filled bars like Todo Mundo and Plaza Dorrego. These places, once visited by distinguished celebrities, were also home to the legendary meeting between Jorge Luis Borges and Ernesto Sábato.

Every Sunday, the square turns into a magnificent and bustling market: one of the most renowned antiques fairs in the world. San Telmo offers the widest variety of antiques shops in the city. On Sundays, the antique character of San Telmo shines in all its glory. From dawn till dusk, the surroundings of Plaza Dorrego are packed with artists and street performers. At sunset, as the stalls start getting dismantled, the Milonga del Indio colourful lights are turned on at a corner of the square, where couples hugging and dancing to the rhythm of tango make up one of the most wonderful sightings in San Telmo.

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